Guía para propietarios: Cómo optimizar tus facturas de luz y gas al alquilar una vivienda

¿Cómo ahorrar en la factura de la luz en un piso de alquiler?

Poner una vivienda en alquiler siempre es una buena manera de obtener ingresos pasivos mes a mes.

Además del contrato de alquiler, que debe contar con todas las cláusulas legales que protejan al propietario, entre las cuestiones más importantes se encuentran los suministros de la vivienda (luz y gas), sobre todo cuando será este quien se hará cargo de ellos y no el inquilino.

Por eso, en este artículo queremos hablar de las formas para ahorrar energía en una vivienda destinada al alquiler, un gesto que, como recuerdan desde el comparador de tarifas energéticas Hello Watt, no solo supone un beneficio para tu bolsillo, sino también para el planeta, al consumir menos energía de la que realmente se necesita.

1. Elegir la compañía que mejor se adapte al inquilino

Como pasa con las personas, cada compañía de luz y de gas es un mundo. Así, no todas las empresas comercializadoras y tarifas que ofrecen son iguales.

Lo ideal es comparar las diferentes opciones que hay en el mercado, teniendo en cuenta los hábitos de consumo del inquilino (en qué franja horaria suele estar en casa, la cantidad y el tipo de electrodomésticos con los que cuenta…) y aquello que estás dispuesto a pagar. Puedes comparar las mejores tarifas de luz y de gas para este 2025 aquí.

Al mismo tiempo, debes revisar las condiciones de contratación, es decir, las posibles permanencias y penalizaciones, sobrecostes encubiertos y cualquier otra condición con la que no estés de acuerdo: te ahorrarás dinero y, sobre todo, dolores de cabeza.

2. Hacer la vivienda más eficiente energéticamente

No todo va a ser elegir la tarifa de luz y de gas adecuada. Las propias condiciones físicas de la vivienda también afectan a la factura. Y mucho.

Una vivienda más eficiente desde el punto de vista energético necesita menos aire acondicionado en verano y menos calefacción en invierno. La mayoría del calor y del frío (se estima que hasta un 30%) se escapa a través de ventanas y de puertas que cuentan con alguna grieta o espacio, o bien que no están hechas en materiales especialmente aislantes.

Una forma fácil y económica de evitar esto es instalar burletes y bajos de puerta para tapar las rendijas, lo que ayudará a mantener la estabilidad de la temperatura interior.

3. Instalar dispositivos de domótica

Siguiendo con el punto de antes, controlar la temperatura de la vivienda de manera inteligente supondrá un ahorro en tus facturas.

Para ello, la domótica es tu mejor aliada, como los termostatos programables, que permiten ajustar la calefacción, el aire acondicionado o la caldera según los horarios de uso, o los reductores de caudal en duchas y grifos, que ahorran agua caliente y, con ello, energía.

Otro dispositivo que puede reducir la factura en unos euros son las luces automáticas, que cuentan con sensores de movimiento que las encienden y apagan cuando es necesario.

4. Sustituir los electrodomésticos por modelos eficientes

Reemplazar los electrodomésticos y dispositivos más “energívoros” por otros de bajo consumo también contribuirá a ahorrar en la factura de luz y de gas.

Por ejemplo, una buena opción es cambiar las bombillas incandescentes por bombillas de LED, que gastan hasta un 80% menos de energía que las otras y, además, duran más tiempo.

Igualmente, los electrodomésticos con etiqueta A+++ consumen menos energía que los modelos antiguos, por lo que hacer esta inversión puede suponer un ahorro bastante elevado.

5. Aprovechar la luz natural

Aunque esto no siempre es posible, ya que hay viviendas interiores o bajos donde la luz natural es más bien escasa, es otro factor que debemos tener en cuenta.

En los casos en que sí sea físicamente posible, mantener las cortinas y las persianas abiertas en las horas de más sol evitará tener que encender bombillas innecesarias, un gasto extra que puede ser muy elevado si, como dijimos antes, son bombillas incandescentes y no de LED.

6. Fomentar el uso responsable entre los inquilinos

Aunque las medidas vistas hasta ahora rebajarán el importe de tu factura de luz y de gas, el inquilino sigue siendo el pilar fundamental: de poco servirán estas formas de ahorro si no van de la mano de la concienciación de la persona que reside en la vivienda.

Debes hablar con el inquilino para que tome conciencia de la importancia del ahorro energético, para que adapte su rutina y sus hábitos de consumo.

Así, debe tener en cuenta pequeños gestos como apagar las luces de lugares de la casa donde no se encuentre, desconectar los electrodomésticos en standby, lavar con agua fría siempre que sea posible, no poner la calefacción ni el aire acondicionado demasiado altos y, en general, cualquier práctica que permita ahorrar energía sin que afecte a su comodidad y calidad de vida.

A modo de último consejo, revisa siempre las facturas de la luz y del gas, así podrás comprobar mes a mes si se han producido subidas importantes, para tomar las decisiones pertinentes como, por ejemplo, cambiar de comercializadora de energía a una que te ofrezca mejores precios o condiciones (Más información).

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